Un buen dormitorio debe proveer básicamente dos cosas: intimidad y descanso. Estos son los principios que señala esta tradición oriental.
- La posición de la cama es esencial y debe seguir los siguientes criterios:
– La cabecera debe tender a ocupar el rincón más alejado de la puerta y la cama no
debe estar en línea recta con la puerta.
– La cama debe tener respaldo. No debería haber ventajas o espejos detrás de la
cama. Si hay una ventana colóquele cortinas bien pesadas; si hay un espejo,
muévalo a otro lugar.
– Tampoco debería haber nichos o estanterías sobre la cabecera, ni cuadros con
marcos muy pesados.
– Es preferible que no haya nada colgado sobre la cama. Si esto fuera inevitable,
procurar siempre que se trate de cosas livianas.
- Una regla básica del Feng Shui dice que no debe haber más de un espejo en el dormitorio y que uno no debe verse desde la cama mientras está acostado.
- El cielorraso del dormitorio no debe ser muy alto, pero tampoco debe inclinarse sobre la cama. Si su dormitorio tiene el cieloraso muy alto considere la posibilidad de usar un dosel.
- Al mudarse, cambiar de pareja o iniciar un trabajo nuevo, es ideal cambiar de cama o al menos cambiar la ropa de cama.
- Es muy importante lo que se pone sobre la mesita de luz; se deben disponer objetos (fotos, recuerdos) que ayuden a mantener un estado de ánimo óptimo.
- Evita tener cualquier cosa relacionada con el trabajo u obligaciones incumplidas (por ej. facturas pendientes)
- Reduzca al mínimo indispensable el número de aparatos electrónicos en el dormitorio.
- Si hay un baño contiguo al dormitorio, la cabecera de la cama no debería apoyarse sobre la pared que da al baño. Si no queda más remedio que sea así, revista la pared del lado del dormitorio con corcho o tela.